La Reina Isabel II viene atravesando un año muy difícil en cuanto a lo personal. El año pasado falleció su marido, el príncipe de Edimburgo, y desde ese momento la salud de la monarca ha empeorado. Primero tuvo que atravesar un cuadro complicado de Covid-19 y posteriormente comenzó con muchos dolores en la cadera.
En el día de ayer la Reina Isabel II no asistió al Parlamento británico para pronunciar el tradicional “discurso del trono”. Quien la reemplazó fue su hijo mayor, el príncipe Carlos. El Palacio de Buckingham aseguró que la monarca no asistió al Parlamento por “problemas de movilidad”.
“A pedido de Su Majestad, y con el acuerdo de las autoridades pertinentes, el Príncipe de Gales leerá el discurso de la Reina en nombre de Su Majestad, con la asistencia del duque de Cambridge”, aseguraba el comunicado oficial del Palacio de Buckingham. Durante sus 70 años de reinado, la soberana solo ha faltado a esta cita casi anual en dos ocasiones: en 1959 y 1963 cuando estaba embarazada de los príncipes Andrés y Eduardo respectivamente.
La Reina sigue teniendo problemas episódicos de movilidad y, tras consultar con sus médicos, “ha decidido a regañadientes no asistir al discurso del trono”, explicó la casa real británica en un comunicado. La salud de la monarca, de 96 años, es motivo de preocupación desde que los médicos le ordenaron guardar reposo en octubre y estuvo una noche hospitalizada para someterse a unas “pruebas” cuya naturaleza nunca se especificó. Desde entonces ha cancelado su participación en diversos eventos destacados y se la ha visto con bastón y dificultades para desplazarse en sus escasas apariciones públicas.
Se sabe además que toda la familia real y el Palacio de Buckingham están muy preocupados por la salud de la Reina e incluso esperan que la misma mejore para poder asistir con normalidad al festejo del Jubileo de Platino, el cual se realizará durante el mes de Junio.