Tanto el rey Juan Carlos como su hijo el rey Felipe han tenido problemas para vivir donde el protocolo manda. Ninguno se mudó nunca al Palacio Real ubicado en el centro de Madrid. Mientras que el emérito decidió fijar su residencia en Zarzuela, el marido de la reina Letizia decidió que su piso de soltero sería su morada.
Incluso, el rey Felipe conoció a su esposa haciendo bromas sobre ese lugar en el que acabarían viviendo junto a sus hijas. Él recién se mudaba a su primera residencia de soltero, a la que ningún lujo le faltaba, mientras ella acaba de rentar un piso de tan solo 80m2 con mucho esfuerzo y sacrificio.
Lo cierto es que ninguno quiso ir a vivir al Palacio Real. A diferencia del Juan Carlos y Felipe el resto de los reyes de Europa pueden presumir de sus residencias realeza. "Cuando llegué a ser rey hubo mucha gente que me dijo que tenía que ir a vivir a Palacio Real, pero me horrorizaba", explicó el marido de la reina Sofía hace un tiempo en una entrevista.
Por qué el rey Juan Carlos no quiso vivir en el Palacio Real
Fue el padre del Emérito quien le inculcó desde que era muy pequeño el miedo de vivir en ese lugar. Según detalló el rey Juan Carlos él ya había sido advertido sobre lo complicado que era vivir en el Palacio Real. Los motivos iban más allá de sus deberes como soberano y tenían que ver con algo que le disgustaba bastante.
El abuelo del rey Felipe amaba la comida caliente y aunque nadie lo crea este es un objetivo imposible de conseguir en la residencia donde debería haberse mudado cuando se casó con doña Sofía. El hombre solía contar que solo podía comer la comida caliente cuando viajaba porque en el Palacio Real las cocinas se encontraban a 15 minutos de donde debía servirse.