La reina Letizia nunca ha sido del agradado de su suegro. Desde que el rey Juan Carlos se enteró que su hijo salía con la reportera en el noticiero puso el grito en el cielo. Hasta llegó a llamarla despectivamente como la princesa de Tolosa por su forma de dar a entender que ella estaba al tanto de todo.
La docuserie Los Borbones, que se emite por La sexta y ATRESplayer ha dejado al descubierto parte de sus diferencias. En los episodios ya vamos por la parte en que Ana Pastor, su co-creadora, trata de definir a la reina Letizia. A diferencia de otros documentales en este no la ha victimizado, sino que va revelando todos los cambios que debió atravesar para llegar a ser la mujer en la que hoy se ha transformado.
Su enemistas con el rey Juan Carlos ha integrado parte de esta transformación en Los Borbones. Cuando la esposa del rey Felipe llegó a la realeza la pasó muy mal. Su suegro había dado la orden no solo de que la ignoraran sino de que además la recién llegada a la Casa Real no tuviera el privilegio de tener ni un solo día de paz.
El objetivo del padre del rey era que doña Letizia colapsara lo más pronto posible y se enfrentara al príncipe de Asturias. Pero ¿por qué no la quería ni ver en figuritas?. Si bien es cierto que para el emérito ninguna mujer fue lo suficientemente buena para su hijo, lo cierto es que la periodista era la que menos match tenía para sentarse en el trono.
Para el rey Juan Carlos había cosas consideradas como un verdadero pecado que no estaba dispuesto a soportar. Ella era plebeya, y para más inri, periodista, nieta de un taxista e hija de una enfermera sindicalista. “Si todos los delitos que ella cometió, es que tiene mucho carácter, bienvenido el carácter. No se ha valorado el papel que ha hecho para proteger a la institución sin ser de sangre azul", señaló Ana Pastor en Los Borbones.