Poco a poco la princesa Charlene de Mónaco comienza a retomar su agitada agenda de compromisos oficiales, y con el correr de los días va recobrando su particular sonrisa. Incluso la princesa ha comenzado a realizar algunos viajes al exterior en representación del Principado, como lo hizo en su más reciente visita al Vaticano.
La princesa Charlene de Mónaco ha ido hasta el Vaticano para visitar al papa Francisco. El encuentro fue muy cordial, pero un pequeño detalle de la vestimenta de la princesa llamó la atención de todos los reporteros, quienes incluso aseguraron que se trata de una “rebeldía”.
Charlene de Mónaco optó por un diseño midi y con un efecto de superposición de Terrence Bray (un diseñador de Mónaco), el cual estaba formado por un vestido base con escote palabra de honor y una falda evasé, confeccionada en tweed de algodón con un sutil relieve. Sobre él, la princesa lució otra pieza de escote recto y manga larga, elaborado con un tul semitransparente. La “rebeldía” proviene al haber usado palabra de honor y tul, ya que los hombros quedaron semi descubiertos, al igual que una parte de la espalda. Para los pies, la princesa optó por unos zapatos de tacón color rosado de Louis Viutton.
Por otro lado, llamó mucho la atención que la princesa Charlene de Mónaco no hizo uso del conocido 'privilége du blanc', es decir privilegio de blanco, un derecho que tienen menos de diez mujeres en el mundo, exclusivamente aquellas reinas o consortes de países católicos.
Charlene de Mónaco forma parte de este selecto grupo de mujeres desde el 2 de julio de 2011, año en que se casó por la Iglesia con el príncipe Alberto. En esta ocasión la princesa optó por lucir un vestido en color negro, el color obligatorio para mostrarse ante el pontífice para cualquier dama que no se encuentre en ese grupo.