La reina Letizia viajó a Nueva York, días atrás en una gira que solo duró 48 horas y participó en diversos actos y mantuvo reuniones con la primera dama de los Estado Unidos, Jill Biden como también con representantes de Unicef y de la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, lo que trascendió y se viralizó rápidamente de su viaje fue la frase que le dijo al embajador de España, Santiago Cabañas.
“Dame la mano como a un hombre”, le dijo la esposa del rey Felipe VI al embajador al encontrarse en la entrada del Instituto Cervantes de Nueva York, previo a una reunión con investigadores españoles en materia de lucha contra el cáncer. Luego de lo dicho por la monarca, se dieron un apretón de manos para después continuar con la actividad programada en la agenda.
La prensa internacional interpretó de diferentes maneras la forma en la que Letizia se dirigió a Cabanas, algunos señalan que el comentario fue un gesto feminista en un entorno institucional y otros consideran que la frase fue dicha en un contexto más informal que en otras ceremonias y que se trató de una broma entre ambos.
La agenda de Letizia durante su estadía en Nueva York tuvo varias reuniones La primera de ellas fue la que mantuvo con expertos en salud mental de Unicef; en el marco de la semana de la Asamblea General de las Naciones Unidas y la Cumbre del Secretario General para la Transformación de la Educación. Posteriormente, la esposa de Felipe VI tuvo un encuentro con líderes juveniles involucrados en iniciativas de Salud Mental, encabezados por la coordinadora del equipo de trabajo con adolescentes de UNICEF, Katarzyna Pawelczyk.
A Letizia se le atribuye un fuerte carácter pero también un particular sentido del humor. Hay que recordar algunas frases muy recordadas de la monarca tales como: “pues mire, comprando tomates como usted” o "sí, señora, pero que lea usted”. La primera se la dijo a una señora con la que se encontró mientras hacía la compra en una frutería, que quiso saber qué hacía doña Letizia allí. La segunda fue dicha a una mujer en la última Feria del Libro de Madrid cuando le dijo que tenía que teñirse las canas.