Los problemas familiares ocurren hasta en las mejores familias y la realeza británica no es la excepción. Desde hace unos años los medios han dado a conocer la discordia que existe entre las esposas de los Príncipes Enrique y Guillermo, Meghan Markle y Catalina de Gales por medio de algunas declaraciones de los empleados o gente cercana a la familia ha hecho, así como el evidente trato en los eventos ceremoniales.
Desde que se integró al círculo de la realeza, Catalina de Gales se ha destacado por su humildad, carisma y elegancia, mismas que la colocaron como uno de los miembros favoritos de la Reina Isabel II en vida. Una vez que ella falleció, fue notorio el dolor de Kate por haber perdido a alguien tan importante y cercano. Del mismo modo, la princesa de Gales tuvo una estrecha amistad con el Príncipe Enrique durante su noviazgo con Guillermo, por lo que verlos tan felices y sonrientes ya es cosa del pasado.
Cuando Meghan Markle concedió una entrevista a Oprah Winfrey en 2021, fue cuestionada sobre la causa de su conflicto y si es que entre ellas aún existía rivalidad. En ese momento, la duquesa de Sussex confesó que esa disputa fue en realidad por motivos absurdos, pero que debido al estrés por los preparativos de la boda a nivel mundial, las cosas se salieron de control. Se dice que todo comenzó cuando Markle y Middleton discutieron sobre la longitud del dobladillo de los vestidos de las damas de honor.
Este pequeño conflicto desencadenó un enfrentamiento que hasta la fecha sigue latente, ya que se dijo en su momento que Meghan fue la causante de hacer llorar Catalina cuando en realidad fue lo contrario. Pese a que durante la entrevista Meghan no confirmó este rumor, el más reciente libro autobiográfico del Príncipe Enrique es el que brindó más detalles sobre esta controversia. Pasado un tiempo, se concretó una reunión entre ambas con sus maridos para hacer las pases y retomar una relación cordial.
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Esta reunión tuvo lugar en el Palacio de Kensington, después que el Príncipe Enrique y Meghan Markle regresaron de su luna de miel en África. Fuera de solucionar sus conflictos, ambas terminaron por hacer más grande el problema, y fue un comentario el que desencadenó el malestar de Catalina. En su libro, el Príncipe Enrique narra que Meghan le dijo que tenía ‘cerebro de bebé’, provocado por las hormonas de su tercer embarazo del Príncipe Luis.
Aunque este comentario fue en tono burlón, fue muy mal visto por miembros de la realeza británica, en especial del Príncipe Guillermo. Tras provocar el llanto de la Princesa de Gales, Guillermo estalló contra Meghan señalándola con el dedo y diciendo: "Es de mala educación, estas cosas no se hacen aquí". Meghan no se quedó callada y se defendió: "Si no te importa, mantén tu dedo fuera de mi cara". Poco después, Guillermo acusó a Meghan con Enrique de tratar mal al personal del palacio, por lo que desde esa disputa, cada hermano tomó partido por sus esposas, rompiendo todo lazo entre ellos.
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