La Reina Isabel II falleció a los 96 años y aunque podría pensarse que dejó todo arreglado para que sus hijos sepan lo que les corresponde de la herencia, parece que no todos están de acuerdo. En este sentido, el Príncipe Andrés arremete contra su hermano Carlos III, pues según se siente decepcionado con él y lo acusa de quedarse con 370 millones de libras esterlinas de su madre.
Al respecto, un amigo anónimo del Duque de York declaraba para Mail on Sunday: “¿Qué se supone debe hacer? ¿Ir con la gorra en la mano a su hermano mayor para mantener un techo sobre su cabeza?”. Contrariamente, el Palacio se niega a valorar esta información y les extraña que Andrés desconozca que los Reyes se pasan sus bienes entre sí porque el gobierno les permite eludir el impuesto de sucesión.
En relación a esto, las negociaciones datan de 1862 y fueron confirmadas en una reunión sobre las finanzas de la Casa Real con John Major, el Primer Ministro de aquel entonces, en 1993. Pero según The Times, de no ser de esta forma, el primogénito de Isabel II se verá obligado a dividir la herencia, es decir, sus propiedades como Sandringham y Balmoral para quedar en la misma situación que los dueños de casas señoriales cuyos derechos se perdieron por los de sucesión.
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De esta forma, a principios de mes, el Rey Carlos III tomó la decisión de despojar a los Duques de Sussex, Harry y Meghan, de su residencia en suelo británico, es decir, Frogmore Cottage, que fue un regalo de bodas por parte su abuela Isabel II en 2018.
La intención es que la propiedad sea utilizada por el Príncipe Andrés. No obstante, todo indica que las cosas se encuentran tensas entre los hermanos, puesto que, Andrés también esperaba que Carlos III le pague una factura anual de 32.000 libras esterlinas por el servicio de un gurú curandero indio.