El pasado 6 de mayo, Londres vivió una jornada histórica con la ceremonia de coronación de Carlos III y su esposa Camilla. Más de 2000 invitados se dieron cita en la Abadía de Westminster para presenciar este evento que no se realizaba desde hace 70 años. Luego los reyes saludaron desde el palco del palacio de Buckingham.
Sin embargo, Carlos III fue captado por las cámaras quejándose por ciertos problemas antes de la ceremonia. “Esto es aburrido”, se quejaba el el monarca a las puertas de la Abadía de Westminster mientras esperaba en el carruaje junto a Camilla. Al menos es lo que ha interpretado un especialista en leer los labios de Sky News, que cree que le sentó mal tener que esperar para acceder al templo en el que se celebraba el acto de la Coronación.
Carlos III y Camilla habían llegado temprano a Westminster y por eso tuvieron que esperar a su llegada. Sin bajar del carruaje, el rey empezó a hablar con su esposa y se quejó de que “nunca podemos llegar a tiempo”. Los expertos en leer los labios resaltaron que no es la primera vez que el hijo de Isabel II se queja en público.
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De vuelta al palacio Buckingham, Carlos III y Camilla también fueron captados cuando se dirigían al balcón para saludar al pueblo. El rey le dijo a la reina: “Me alegraré cuando todo termine”, haciendo gala de su mal genio. Siempre unas pocas palabras describen bien el estado de quien las pronuncia, pero si se trata del hijo de Isabel II con gesto enfadado tienen un valor mayor.
Vale recordar el momento en que Carlos III en el Palacio de Saint James de Londres se disponía a firmar la proclamación oficial como Rey. Allí, pidió airadamente que retirasen un tintero que había sobre la mesa. Pocos días después, mientras escribía en el libro de visitas del Castillo de Hillsborough, en Belfast, el esposo de Camilla se enfadó porque la tinta de la pluma se derramó sobre sus manos.