Hace tres años fue divulgada la muerte de Xana, la hija del ex futbolista Luis Enrique Martínez García. Hecho que sorprendería a varios debido a su corta edad de 9 años. A más de esto, el deportista lamentaría las terribles circunstancias para él y su familia desde un mensaje en Twitter: “Te echaremos mucho de menos, pero te recordaremos cada día de nuestras vidas con la esperanza de que en un futuro nos volveremos a encontrar. Serás la estrella que guíe a nuestra familia”.
Xana Martínez Cullell padecía osteosarcoma, el cual es un tumor maligno que aparece frecuentemente en los huesos largos del cuerpo como, por ejemplo, alrededor de la rodilla y en el hombro (fémur, tibia y húmero). La edad más común para detectar este tipo de cáncer es durante la adolescencia y juventud, o bien, después de los 60 años. Por lo que el caso de la hija de Luis Enrique es muy particular.
Más allá de la predisposición en caso de existir antecedentes familiares con osteosarcoma, realmente la medicina no ha podido determinar la causa de esta terrible enfermedad. Así mismo, los oncólogos a veces tardan en detectarla porque es poco frecuente en niños. Es decir, les hacen placas a los chicos pero no se ven bien, de modo que cuando ya detectan el tumor es porque este ya es más grande.
En cuanto a los métodos para combatir el osteosarcoma, se encuentran la quimioterapia que evita que no se produzca metástasis (más frecuente en el pulmón y otros huesos) y una cirugía en la que se extrae el tumor. Dicho proceso abarca alrededor de ocho meses. Con respecto a Xana, la vástaga del actual entrenador de la selección española, ella recibiría tratamiento durante cinco meses antes de perder la batalla.
La menor era la tercera hija que el ex futbolista tuvo con Elena Cullell. Así, la más pequeña del clan dejaría en 2019 a sus padres, quienes habrían reconocido en entrevistas que Xana era la más mimada. También durante esa época estarían de luto sus hermanos mayores, Pancho y Sira, ya de 23 y 22 años respectivamente.